Inclusión LGBT+, el gran reto del sector inmobiliario
La sensibilización de las empresas inmobiliarias, en temas de diversidad sexual y perspectiva de género, permite erradicar malas prácticas internas y fortalece su compromiso social.
La fundación Human Rights Campaign, quien trabaja en programas de capacitación para empresas y medición de la inclusión al interior de las compañías, así como de su compromiso con la comunidad LGBTQ, expuso que el caso de Beck Bailey; un empleado relacionado con la industria inmobiliaria que salió del clóset como transgénero hace 37 años. Según detalla Human Rights Campaig, Bailey tenía miedo a la discriminación, así que se aisló con la intención de buscar el éxito profesional, cambiando de trabajo varias ocasiones; sin embargo, las barreras entre él y sus colegas dieron pie a una serie de iniciativas y programas de capacitación con las que hoy busca que las empresas sean más incluyentes con las personas de la comunidad LGBT+.
“Mi experiencia es similar a la de muchas personas LGBT, que siempre se guardan un poco a pesar de haber salido del closet. Yo disfrutaba mucho a mis colegas, mi trabajo, pero me sentaba con ellos a comer y platicaban sobre sus vacaciones, familia o hijos y yo no podía añadir nada a esas conversaciones, y eso crea barreras”, explicó Bailey, quien dirige el programa de Igualdad en el Centro Laboral en la Fundación de Human Rights Campaing; la cual, realiza mediciones cualitativas al interior de los corporativos sobre sus políticas de inclusión y no discriminación
“Las compañías de verdad entienden que ser incluyente no es solo una cosa ética y correcta, sino que es también muy bueno para el negocio, que es capaz de atraer a cualquier persona a trabajar con ellos, y a que nadie tenga miedo de no sentirse incluido y esto es importante para poder atraer y retener talento”, complementó.
Bailey recalcó que este tipo de temas son muy nuevos en algunos corporativos, sobre todo en aquellos que se mantienen apegados a sistemas antiguos de empleo, como ocurre en el sector inmobiliario, en donde, si bien hay corporaciones globales que ya tienen capacitación al respecto, aún hay rezagos que continúan afectando a la operación diaria en diferentes niveles de las empresas.
“Retomando mi ejemplo, no fue que mis colegas no quisieran saber sobre mi vida o tratarme igual que a los demás cuando nos sentábamos a comer, pero no sabían cómo dirigirse a mi, no sabían cómo conversar sobre el tema”, recordó.
Para Bailey, esta situación no es un factor de cultura corporativa unicamente, también se trata de un tema de negocios. Y es que, según comenta, las empresas pueden acceder a otro nicho de mercados si se atiende las necesidades de para parejas del mismo sexo.
“Algunas veces esas voces, lo que encontramos en el tiempo, es que son críticas que no se traducen en una pérdida de ventas, sino de hecho en un posicionamiento positivo y lealtad de los consumidores hacia las marcas”, finalizó.